viernes, 3 de septiembre de 2021

El duende del bosque


 Al pequeño Fabio le gusta pasear por el bosque cercano a su casa. Todos los secretos y la magia que esconde, los animales que permanecen ocultos salen de sus refugios en cuanto comprueban  que es el niño el que los visita, confian en él y saben que siempre los ayudará si están en dificultades.

Un día que paseaba escuchó un sollozo muy leve, se acercó con mucho cuidado y al apartar unas ramas vio un pequeño gnomo que lloraba entristecido. Fabio le preguntó:

-Qué te pasa por qué lloras?

El duendecillo se sobresaltó pero en seguida se tranquilizó al ver que era Fabio, le había visto muchas veces durante sus visitas al bosque y sabía que era un niño muy bueno que cuidaba mucho de todos los habitantes del bosque. El duende le contestó:

-Estoy triste, muy triste.

-Cuéntame que te pasa- insistio Fabio- a lo mejor puedo ayudarte.

-Tenía mi casa en un túnel bajo este árbol, esta noche el viento lo ha arrancado y mi hogar se ha destruído.

-Oh! qué pena- le consoló Fabio mientras observaba el destrozo.

-Sí, había trabajado mucho para construirlo, estaba muy protegido y calentito- continuó relatando el gnomo a la vez que se secaba las lágrimas.

-No te preocupes, yo te ayudaré a volver a construir tu casita.

El duende se puso muy contento y juntos se pusieron manos a la obra. Aprovechando la forma de seta que se había formado en el tronco del árbol caído, colocaron unas piedras como base de la futura casa. A continuación pidieron ayuda a los animalitos del bosque, así, el erizo les indicó donde encontrar unos buenos troncos para formar la casita. La ardilla los llevó hasta unas sabrosas castañas para alimentarse y el corzo les trajo unas ramas para camuflar los troncos y terminar el nuevo hogar.

Todos se pusieron afanosamente a trabajar y avanzada la tarde ya habían terminado. El duende estaba feliz y agradecido, los invitó a merendar con las castañas que generosamente doña ardilla le regalara.

Fabio regresó a su casa muy contento y se despidió de sus amigos del bosque. Si todos nos ayudamos cuando alguién está en dificultades, todo tiene un final feliz.