viernes, 26 de febrero de 2016

Una mirada a las pequeñas cosas

La rutina del día a día, nos impide ver la belleza que se esconde en las pequeñas cosas que nos rodean.
Solo hace falta tomarnos un tiempo, y darnos cuenta, de que hay tantos momentos y movimientos en la naturaleza, que es una pena perderlos.
Dar una vuelta por el jardín, es suficiente para ver que lo que ayer era solo un capullo, hoy se ha convertido en una bella flor. Que el limón que estaba verde, ha adquirido su tono amarillo, que invita a prepararnos un rico zumo.
La mariposa ha abandonado su crisálida, y vuela feliz.  Así, momentos que pasan desapercibidos, y que forman el mundo transformable de la naturaleza que nos rodea.


 Hasta la hierba más humilde cumple su función en el ciclo de la vida.

 Allí donde posemos nuestra mirada, habrá belleza.

 Flores, siempre alegran el día.


 Los frutos de los árboles, vitales en el mundo vegetal.
 Mariposa (volvoreta) en Galicia.
  

martes, 23 de febrero de 2016

Mirar al cielo y predecir el tiempo

Antes de que se desarrollara la tecnología para predecir el clima, la gente que vivía del campo y la agricultura, era capaz de predecir el tiempo con solo mirar el tipo de nubes en el cielo. Si eran nubes blancas con mucha altura, señal de buen tiempo. Mientras que las nubes más oscuras y bajas, significaban que se acercaban las lluvias.
Nubes en una noche de invierno, indicaban temperaturas cálidas, no así, si está despejado y estrellado, hará mucho frío.
Si veían el cielo rojo al oeste, indicaba cambio de tiempo. El arco iris también indica cambios "Arco por la mañana, agua por la tarde"
Podemos buscar una conexión con la naturaleza, mirar al cielo y tratar de predecir el clima. Como se hacía antes de encender la tv y ver lo que dice el satélite Meteosat.
La gente del campo era muy sabia, y vivían en contacto con la naturaleza. Seguro que a todos nos vendría bien, volver a esa conexión y respeto por la madre tierra.
 Solo hace falta un poco de practica, para ver en las nubes la previsión del tiempo.

 El cielo nos da multiples señales, solo hay que identificarlas.

 Nuestros mayores son excelentes meteorólogos. 


 Mirar al horizonte al anochecer, es un placer y una fuente de información.

viernes, 19 de febrero de 2016

!No somos vampiros!

Un grupo de murciélagos tenia su colonia en el alero de una casa de madera.
Los humanos que allí vivían estaban encantados, pues de este modo, se libraban de los molestos mosquitos. No tenían ningún tipo de miedo o prejuicio, con esa leyenda que asocia murciélagos y vampiros.

Dos murciélagos hembra, una jovencita y otra mayor, tenían una conversación el alero de la casa:
Ela, la joven, preguntó:
-  ¿ Cuándo sabremos que es el momento de dormirnos por largo tiempo? es la primera vez que hiberno.
Murci, la mayor, contestó.
- Lo sabremos en cuanto llegue el frío invierno.
Ela siguió preguntando.
- ¿ Y tú crees que no nos moriremos de frío dentro?
- !Qué va! nuestro organismo puede bajar hasta -5º mientras estamos dormidos.! Muchos creen que estamos congelados! no te preocupes.
- !Vaya! - siguió Ela - ¿ Y durante todo ese tiempo, no despertamos nunca?
- Si - continuó Murci - un par de veces, volvemos a activar nuestra temperatura, y eliminamos el pis, para no intoxicarnos. Pero solo un ratito, enseguida nos volvemos a dormir.
- ¿ Y cuándo nacen nuestros pequeños? si estamos dormidas-preguntó intrigada, Ela.

- !Ah! no te lo han dicho?- Habló Murci, desde su experiencia.
- Nuestros hijos están dentro, pero no se forman hasta que pasa la hibernación, digamos que están "congelados". 
- !Caramba! no lo sabía.
- Pues sí- siguió diciendo Murci - Luego se activan, se forman y nacen. Tienes que estar preparada y en buena forma.
- ¿ Por qué? - preguntó  Ela.
- Pues, por si nacen cuando estamos colgadas boca abajo, ya sabes que dormimos así, tienes que sujetar fuerte a tu pequeño con las alas para que no se caiga.
- Lo tendré en cuenta - dijo agradecida Ela.
- Luego - siguió aleccionando Murci, contenta de la atención que le prestaba la joven Ela.
- Luego, te decía, tienes que alimentar con tu leche a tú pequeño, y transportarlo durante un tiempo en tu espalda.
- Si, eso lo sé, he visto como vuelan las mamás con su
s hijos agarrados fuertemente a su espalda.
-Claro, y tienes que enseñarlo a volar y cazar. Pero eso ya lo irás aprendiendo.
- !Muchas gracias por tus consejos!
- ! No hay de qué! Y ahora vamos a capturar el mayor número de mosquitos. Yo te enseñaré a usar nuestro "sónar" ya veras cuantos comemos.
- Así los dueños de nuestro refugio, estarán contentos con nosotros, por librarlos de esos molestos insectos - dijo Ela.
-Claro que están contentos, además ellos saben que también somos polinizadóres. A pesar de que todo el mérito se lo lleven abejas y pájaros - Concluyó Murci.

Y juntas, esperaron que anocheciera, para empezar su periodo de caza. Y así, aprovisionarse del mayor número de insectos, preparándose para el invierno  



miércoles, 17 de febrero de 2016

La eclosión de la naturaleza

Empieza a asomar la primavera, los días ya son más largos, el sol luce brillante, y la fuerza de la naturaleza, aguarda latente, esperando la gran eclosión.
Los polinizadores empiezan su gran labor, ya se ven las primeras abejas y abejorros, tan importantes y esenciales en nuestras huertas y jardines. Los pajaritos se afanan preparando sus nidos, y la tierra acoge sus primeras siembras.
Admirar todos estos maravillosos cambios, es en sí mismo, una terapia de relax.
 Los días soleados, invitan a disfrutar de la naturaleza

 las caléndulas soportaron todo el invierno con flor
 Las primulas y narcisos comienzan su floración

 El romero y las camelias alegran el jardín, en los días de invierno
 Los brócolis, también son flores

Preparando la tierra para las primeras siembras, habas, guisantes, ajos, cebollas. . . 

sábado, 13 de febrero de 2016

Las ranas y la lluvia

Unas ranitas tenían su particular paraíso, en un estanque que se producía de modo natural, al entrar el agua procedente de un riachuelo. Allí vivía una familia compuesta de papá, mamá y numerosos hijitos, que a su vez, habían formado sus propias familias.
Sus días transcurrían plácidos y tranquilos, cazaban numerosos insectos, y se dedicaban a atender sus huevos, que estaban incubando en unas piedras.
Pero un temporal de invierno vino a romper su plácida rutina. Comenzó a llover con intensidad, y en consecuencia aumentó mucho el caudal de agua del riachuelo. Y se inundó la finca, y también su estanque.

- !Ayuda!- gritaron las ranitas - ! el agua se lleva las piedras y a nuestros futuros pequeños!
Los papás que estaban más arriba, haciendo acopio de insectos, corrieron finca abajo a grandes saltos.
- ! Agarraros bien a los juncos, que no os lleve a vosotras el agua! - les gritaron - !Nosotros rescataremos los huevos!
Las ranitas se sujetaron fuertemente a los juncos que crecían al lado de su estanque, mientras aterrorizadas decían:
- !Nos va a llevar el agua y vamos a ser arrastradas hasta el río!
Una joven ranita verde gritó:
- !No nos llevará el agua!
Y arriesgando su vida, trataba de ayudar a las otras, atándolas 
con juncos secos.

En ese momento, aumentó el caudal de agua y la arrastró. Mientras las otras ranitas gritaban:
- !Socorro! se la lleva!

 Llegaron los papás y hermanitos y la vieron agarrada fuertemente a unas hierbas, mientras luchaba por no soltarse.
Su papá saltó hacia ella, y cogiéndola fuertemente de la patita tiró de ella y la rescató.
- No te preocupes, ya estás a salvo.
Y corrieron a refugiarse todos en los juncos.

Pasaron las horas y dejó de llover, asomó el sol y todo se calmó.
Pero las ranitas seguían llorando por los huevos perdidos.
- No lloréis más, saldremos todos en busca de ellos - dijeron los mayores.
Y todos fueron siguiendo las huellas que el agua había dejado en la hierba.
Cuando daban todo por perdido, dos hermanos que se habían adelantado, gritaron:
- !Aquí están los huevos, debajo de una piedra!

Y entre todos hicieron, con unas hojas grandes, a modo de camillas, para transportar los valiosos embriones.
- Vosotros coger por atrás,  y el resto por delante - organizó el transporte, el papá mayor.

Poco después llegaban al estanque, donde depositaron con cuidado, la frágil carga en su sitio habitual.
 Por fin, respiraron tranquilos mirando hacia el sol, que lucía esplendoroso.
Y todos a la vez, croaron felices.    
   

martes, 9 de febrero de 2016

Caballos en libertad

Los caballos viven libres en los montes de Galicia. Es una estampa hermosa, ver cabalgar las manadas con su garañón, que protege a las yeguas y sus potrillos de los ataques del lobo, frecuentes por estos bosques. Una vez al año, los propietarios bajan las manadas a los cierres "curros" recintos cerrados donde se recoge a los caballos. allí proceden a cortarles las crines "A Rapa das Bestas" Fiesta de gran interés turístico, donde los hombres luchan cuerpo a cuerpo con los caballos salvajes, sin causarles daño alguno. Luego los caballos, son liberados y vuelven a subir al monte, para seguir galopando libres.

Siempre hermosos, los caballos en libertad son más bellos
Estampa habitual en Galicia, hórreo y caballo 

Admiro a los caballos por su nobleza

Siempre hay un río cerca, para beber y refrescarse

Son los dueños de los montes

lunes, 8 de febrero de 2016

Bosques mágicos

En invierno, los bosques de Galicia tienen ese halo de misterio y magia. Envueltos en enigmas y secretos, estos bosques son más mágicos, si cabe, en días de invierno y nieblas. Si tenemos el valor de adentrarnos en la espesura de un bosque, en un día de niebla, caminaremos con el corazón encogido. Rodeados por el misterio y la magia. El lúgubre silencio, nos hará sentir con temor cualquier tenue ruido, que asociaremos sin duda, a los habitantes más secretos y ocultos del bosque.

Entre lusco e fusco. Decimos en Galicia al periodo entre el atardecer y el anochecer

La niebla acrecienta el halo de misterio . . .

O Bosque do Alén ( el bosque del más allá ) el nombre lo dice todo. . .


Noches de luna llena en el bosque. . . propicias para relatos de misterio.