viernes, 26 de marzo de 2021

Ese instante...


 "Bajo el cielo nacido tras la lluvia escucho un leve deslizarse de remos en el agua, mientras pienso que la felicidad no es sino un leve deslizarse de remos el el agua" (Jorge Teillier)

Este poema y su metáfora refleja el momento que vivimos en la actualidad. La felicidad está en los pequeños momentos que pasan desapercibidos y dejamos pasar sin disfrutarlos. Quizás ahora, cuando estamos aislados en nuestro pequeño mundo, estamos aprendiendo a atrapar esos instantes leves.

En mi jardín bajo el cielo nacido tras la lluvia, el aroma de las flores es más intenso, los insectos y los pájaros están en plena actividad, la vista contribuye también a la felicidad. 

Mis perros se acercan y me piden caricias, deslizar las manos sobre los suaves mantos peludos es felicidad.

Escucho a  dos águilas sobre el bosque cercano, están en época de apareamiento y llegan como todos los años en primavera, ese sonido también es felicidad.

Me acerco al huerto y recojo los vegetales que formarán parte del menú de este día, el sabor de los productos naturales da mucha felicidad.

De camino a casa escucho un leve deslizarse de remos en el agua...

 


sábado, 6 de marzo de 2021

El búho Kiu


 Kiu es un búho que vive en el bosque que rodea la casa de Fabio.

Pasa el invierno en el hueco de un viejo roble. Los días soleados se queda disfrutando de los rayos solares a la puerta de su vivienda muy quieto y pensativo. La nieve cubre el bosque y su vecina la ardilla Illa pasa saltando sobre la nieve, ve a Kiu y le saluda:

-¡Buenos días, vecino! ¿No vienes a disfrutar de la nieve?

Kiu responde:

-No me gusta la nieve, prefiero quedarme aquí arriba.

-¡A mí me encanta!- responde Illa- Y se va saltando feliz.

Kiu se queda pensativo, la nieve no es lo suyo, le impide cazar con precisión. Esperará a que se diluya el manto blanco. 

Llega la primavera y la vida se vuelve a activar en el bosque. El búho comienza a cortejar a su futura pareja, ella no vive lejos, a pocos metros en otro pequeño bosque. Dentro de poco tiempo se ocupará de incubar a sus pequeños y él se encargará de alimentarla con insectos y roedores que serán el alimento necesario a partir de ahora.

Illa pasa bajo el roble y al no verlo lo llama a voz en grito:

-¡Kiu, Kiu! ¿Dónde estás?- En ese momento llega el búho con un ratón en sus garras, entra en el hueco, sale al instante enfurruñado y dice:

-Haz el favor de bajar la voz- dice en un susurro- Kay (así se llama su pareja) necesita tranquilidad, los polluelos están a poco de nacer. 

-Oh, lo siento, no sabía que tus pequeños estaban a punto de llegar.

-No te preocupes, pero a partir de ahora, no armes tanto alboroto.

-De acuerdo- responde- no molestaré.

De camino a casa, piensa, si Kiu caza y lleva ratones a sus retoños ¿correrá peligro ella misma? es de esperar que su zona de caza esté lejos del vecindario. Vuelve sobre sus pasos, llega a la casa de sus vecinos y llama de nuevo, esta vez más suave:

-¡Kiu!- El búo se asoma y pregunta -¿Qué ocurre?

-Quiero asegurarme de que si un día escasea tu alimento, me respetarás a mí y a mis futuros pequeños.

Kiu responde con una carcajada:

-¡Por supuesto! Puedes estar tranquila, soy un vecino respetuoso. Además- continúa- las ardillas no son nada apetitosas.

-Muchas gracias, vecino.

Illa se va saltando de rama en rama, mucho más tranquila y feliz.