viernes, 19 de febrero de 2016

!No somos vampiros!

Un grupo de murciélagos tenia su colonia en el alero de una casa de madera.
Los humanos que allí vivían estaban encantados, pues de este modo, se libraban de los molestos mosquitos. No tenían ningún tipo de miedo o prejuicio, con esa leyenda que asocia murciélagos y vampiros.

Dos murciélagos hembra, una jovencita y otra mayor, tenían una conversación el alero de la casa:
Ela, la joven, preguntó:
-  ¿ Cuándo sabremos que es el momento de dormirnos por largo tiempo? es la primera vez que hiberno.
Murci, la mayor, contestó.
- Lo sabremos en cuanto llegue el frío invierno.
Ela siguió preguntando.
- ¿ Y tú crees que no nos moriremos de frío dentro?
- !Qué va! nuestro organismo puede bajar hasta -5º mientras estamos dormidos.! Muchos creen que estamos congelados! no te preocupes.
- !Vaya! - siguió Ela - ¿ Y durante todo ese tiempo, no despertamos nunca?
- Si - continuó Murci - un par de veces, volvemos a activar nuestra temperatura, y eliminamos el pis, para no intoxicarnos. Pero solo un ratito, enseguida nos volvemos a dormir.
- ¿ Y cuándo nacen nuestros pequeños? si estamos dormidas-preguntó intrigada, Ela.

- !Ah! no te lo han dicho?- Habló Murci, desde su experiencia.
- Nuestros hijos están dentro, pero no se forman hasta que pasa la hibernación, digamos que están "congelados". 
- !Caramba! no lo sabía.
- Pues sí- siguió diciendo Murci - Luego se activan, se forman y nacen. Tienes que estar preparada y en buena forma.
- ¿ Por qué? - preguntó  Ela.
- Pues, por si nacen cuando estamos colgadas boca abajo, ya sabes que dormimos así, tienes que sujetar fuerte a tu pequeño con las alas para que no se caiga.
- Lo tendré en cuenta - dijo agradecida Ela.
- Luego - siguió aleccionando Murci, contenta de la atención que le prestaba la joven Ela.
- Luego, te decía, tienes que alimentar con tu leche a tú pequeño, y transportarlo durante un tiempo en tu espalda.
- Si, eso lo sé, he visto como vuelan las mamás con su
s hijos agarrados fuertemente a su espalda.
-Claro, y tienes que enseñarlo a volar y cazar. Pero eso ya lo irás aprendiendo.
- !Muchas gracias por tus consejos!
- ! No hay de qué! Y ahora vamos a capturar el mayor número de mosquitos. Yo te enseñaré a usar nuestro "sónar" ya veras cuantos comemos.
- Así los dueños de nuestro refugio, estarán contentos con nosotros, por librarlos de esos molestos insectos - dijo Ela.
-Claro que están contentos, además ellos saben que también somos polinizadóres. A pesar de que todo el mérito se lo lleven abejas y pájaros - Concluyó Murci.

Y juntas, esperaron que anocheciera, para empezar su periodo de caza. Y así, aprovisionarse del mayor número de insectos, preparándose para el invierno  



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