En el antiguo Egipto los habitantes de las zonas ribereñas añadieron velas a sus embarcaciones para remontar el Nilo río arriba. Desde entonces los veleros han descubierto nuevos mundos, librado grandes batallas y seguido rutas comerciales.
Durante siglos las velas se desplegaban sobre algún elemento flotante, como el viento no siempre sopla en la misma dirección, la navegación a vela se convertía en algo muy aleatorio.
La evolución en la forma de los cascos ha servido para que la vela ayudada por el conjunto del barco, sirva para desviar la dirección del viento.
Hoy en día los veleros se dedican casi exclusivamente para actividades de recreo y deportivas.
Los deportistas y aficionados tienen en las aguas y costas de Galicia un lugar propicio para practicar el deporte de la vela.
Un miembro de mi familia es uno de ellos y el autor de algunas de las fotos que ilustran este post.
Velas y viento en la mejor dirección.
La mejor vista desde cubierta. Las Islas Cíes al atardecer...
Hermosos veleros para cruzar los mares.
Los astilleros, ubicados en los puertos para la reparación de las embarcaciones.
España es un país con muchas medallas olímpicas en el deporte de la vela.
Blog personal de Tania López sobre naturaleza, bosques, huerta, jardín y relatos
jueves, 31 de mayo de 2018
jueves, 24 de mayo de 2018
Castillos, princesas y dragones
Los castillos nos fascinan, estas fortalezas cargadas de historias nos llevan a desarrollar nuestra imaginación.
No hace falta ser niño para imaginar caballeros con armaduras, princesas en apuros, y por qué no, fieros dragones.
Al cobijo de las murallas alzamos la vista y observamos a una bella dama de largas trenzas doradas, con la mirada triste. Vive encerrada sin poder salir a los hermosos jardines, el fiero dragón está acechando en el espeso bosque, ya ni siquiera puede pasear por las almenas, so pena de que la atrape y se la lleve volando entre sus fauces.
Bajamos la mirada hacia el puente levadizo y nos parece oír los cascos de un caballo, afinamos el oído y escuchamos ruido de pasos con el rechinar de una armadura, oh sí, el caballero lucha con el dragón para salvar a la princesa.
Una vez vencido el peligro el príncipe sube a liberar a la bella dama y vemos como ambos pasean por la galería del castillo.
Al salir nos cruzamos con numerosos visitantes y nos sorprende que ninguno se de cuenta del hermoso caballo blanco que está al final del puente...
Fortalezas que nos llevan a imaginar historias y leyendas.
Almenas y torres protegían la vida de sus habitantes.
Bellas y sólidas construcciones.
La vida en los castillos nos resulta fascinante.
Muchas batallas, sin duda se vivieron entre estas piedras.
Los espíritus de los antiguos moradores continúan entre las murallas...
Misterios sin revelar favorecen la imaginación.
No hace falta ser niño para imaginar caballeros con armaduras, princesas en apuros, y por qué no, fieros dragones.
Al cobijo de las murallas alzamos la vista y observamos a una bella dama de largas trenzas doradas, con la mirada triste. Vive encerrada sin poder salir a los hermosos jardines, el fiero dragón está acechando en el espeso bosque, ya ni siquiera puede pasear por las almenas, so pena de que la atrape y se la lleve volando entre sus fauces.
Bajamos la mirada hacia el puente levadizo y nos parece oír los cascos de un caballo, afinamos el oído y escuchamos ruido de pasos con el rechinar de una armadura, oh sí, el caballero lucha con el dragón para salvar a la princesa.
Una vez vencido el peligro el príncipe sube a liberar a la bella dama y vemos como ambos pasean por la galería del castillo.
Al salir nos cruzamos con numerosos visitantes y nos sorprende que ninguno se de cuenta del hermoso caballo blanco que está al final del puente...
Fortalezas que nos llevan a imaginar historias y leyendas.
Almenas y torres protegían la vida de sus habitantes.
Bellas y sólidas construcciones.
La vida en los castillos nos resulta fascinante.
Muchas batallas, sin duda se vivieron entre estas piedras.
Los espíritus de los antiguos moradores continúan entre las murallas...
Misterios sin revelar favorecen la imaginación.
viernes, 18 de mayo de 2018
El mar y el alma
Los pueblos situados en la costa de Galicia tienen un encanto especial. Son lugares con el alma ligada al mar.
Sus puertos se encuentran al abrigo de temporales. Desde ellos parten los barcos que se dedican a la pesca, regresando con su preciada carga que se subasta en las lonjas ubicadas en los mismos puertos. Son embarcaciones de pesca artesanal, todavía se pueden ver en los muelles a las "redeiras" mujeres que reparan las redes de pesca, un oficio que se está perdiendo.
Son pueblos turísticos, con playas de aguas tranquilas y un clima suave durante todo el año. En el puerto se pueden ver numerosos veleros y yates.
Los frutos del mar, mariscos y pescados, son transformados en sabrosos menús que se sirven en los numerosos restaurantes que rodean los puertos. Es uno de los motivos que convierten en atractivo turistico a estos lugares.
Las imágenes de mi post de hoy pertenecen a parte de las Rías Baixas situadas en la provincia de Pontevedra.
Los barcos pesqueros atracados en el puerto esperando su
salida al mar.
Las redeiras, oficio artesanal que aún pervive.
Se pueden observar las bateas, plataformas
fijadas al mar para el cultivo de mejillones.
Los barcos regresan a puerto para depositar los
productos del mar en las lonjas para su posterior
subasta.
Una embarcación llena de artes de pesca, las
denominadas nasas.
Los veleros, esperando buenos vientos y mejor mar.
Hermosas y tranquilas playas.
Sus puertos se encuentran al abrigo de temporales. Desde ellos parten los barcos que se dedican a la pesca, regresando con su preciada carga que se subasta en las lonjas ubicadas en los mismos puertos. Son embarcaciones de pesca artesanal, todavía se pueden ver en los muelles a las "redeiras" mujeres que reparan las redes de pesca, un oficio que se está perdiendo.
Son pueblos turísticos, con playas de aguas tranquilas y un clima suave durante todo el año. En el puerto se pueden ver numerosos veleros y yates.
Los frutos del mar, mariscos y pescados, son transformados en sabrosos menús que se sirven en los numerosos restaurantes que rodean los puertos. Es uno de los motivos que convierten en atractivo turistico a estos lugares.
Las imágenes de mi post de hoy pertenecen a parte de las Rías Baixas situadas en la provincia de Pontevedra.
Los barcos pesqueros atracados en el puerto esperando su
salida al mar.
Las redeiras, oficio artesanal que aún pervive.
Se pueden observar las bateas, plataformas
fijadas al mar para el cultivo de mejillones.
Los barcos regresan a puerto para depositar los
productos del mar en las lonjas para su posterior
subasta.
Una embarcación llena de artes de pesca, las
denominadas nasas.
Los veleros, esperando buenos vientos y mejor mar.
Hermosas y tranquilas playas.
viernes, 11 de mayo de 2018
Casas señoriales
Las casas solariegas o señoriales son típicas del paisaje de Galicia.
Son edificaciones que pertenecían a familias feudales, que a su vez poseían numerosas tierras que trabajaban en régimen de arriendo los campesinos. Compensaban al propietario con parte de la cosecha, en muchos casos con tratamiento desigual, favoreciendo al señor en detrimento del vasallo.
La máxima expresión de ese poder de las familias hidalgas son los numerosos pazos que existen en Galicia, palacetes con grandes terrenos y jardines. En otro post mostraré los grandiosos pazos y su historia.
El paisaje de mi tierra está salpicado de edificaciones solariegas más pequeñas, algunas en total abandono, solo son un recuerdo del diferente estatus entre los campesinos y los hidalgos.
Edificaciones que reflejan el poder del propietario.
El paso del tiempo demuestra que los bienes terrenales son efímeros...
Muchas casas solariegas están en perfecto estado de conservación y habitadas.
La piedra es el elemento dominante en estas edificaciones. Presente en todos los adornos y jardines.
Construcciones con mucha belleza.
El paso del tiempo convierte en recuerdo un pasado glorioso.
La vegetación cubre la cruz de la capilla, un elemento caracteristico de estas casas.
Son edificaciones que pertenecían a familias feudales, que a su vez poseían numerosas tierras que trabajaban en régimen de arriendo los campesinos. Compensaban al propietario con parte de la cosecha, en muchos casos con tratamiento desigual, favoreciendo al señor en detrimento del vasallo.
La máxima expresión de ese poder de las familias hidalgas son los numerosos pazos que existen en Galicia, palacetes con grandes terrenos y jardines. En otro post mostraré los grandiosos pazos y su historia.
El paisaje de mi tierra está salpicado de edificaciones solariegas más pequeñas, algunas en total abandono, solo son un recuerdo del diferente estatus entre los campesinos y los hidalgos.
Edificaciones que reflejan el poder del propietario.
El paso del tiempo demuestra que los bienes terrenales son efímeros...
Muchas casas solariegas están en perfecto estado de conservación y habitadas.
La piedra es el elemento dominante en estas edificaciones. Presente en todos los adornos y jardines.
Construcciones con mucha belleza.
El paso del tiempo convierte en recuerdo un pasado glorioso.
La vegetación cubre la cruz de la capilla, un elemento caracteristico de estas casas.