Las fincas segadas cambian el color del paisaje de nuestra tierra. La hierba se comprime y se almacena como forraje para el invierno.
Los animales tienen que alimentarse cuando la lluvia, el frío y la nieve impiden el pastoreo libre. Durante los meses cálidos permanecen libres en los campos.
Las fincas se quedan desnudas, esperando las primeras lluvias del otoño, para mostrar su esplendoroso color verde.
Las vacas felices producen más leche, está comprobado.
Los campos segados cambian el color habitual.
En verano los animales permanecen día y noche en las fincas.
La hierba segada y prensada para el invierno.
También hay un tiempo para el descanso, Con las altas temperaturas buscan el frescor que ofrecen las zonas verdes.
Alpacas de hierba perfectamente prensadas.
Las hojas tiernas de los árboles son apetecibles para esta vaquita.