Vivir en medio del bosque es un privilegio, me siento agradecida por estar rodeada de naturaleza durante mi obligada y larga cuarentena.
Varios miembros de la familia han sufrido la Covid-19 y los demás hemos cumplido con la separación y el aislamiento. Tener la posibilidad de pasear y respirar aire puro es un placer, sobre todo cuando uno de los síntomas de la enfermedad es la pérdida de los sentidos del olfato y el gusto. Por ello me siento aliviada y agradecida, el virus a pasado de largo por esta vez.
Sigamos extremando las precauciones ha venido para quedarse y debemos ser cuidadosos, lo he visto de cerca, es peligroso.