sábado, 1 de octubre de 2016

La música de la naturaleza

Vivir en contacto con la naturaleza es un privilegio. Poder disfrutar de sus sonidos produce calma y relajación.
El maravilloso trinar de los pájaros que nos despiertan con sus cánticos. En el momento de escribir este post, una mañana soleada del primer día de octubre, hago una pausa y escucho embelesada los hermosos trinos en medio del silencio.
Durante todo el verano he disfrutado del sonido que emite un sapo que vive justo debajo de mi ventana, estará a punto de refugiarse para pasar el invierno.
Qué decir de las ranas que viven en el estanque, su croar es extremadamente relajante, máxime si al tiempo oímos el sonido del agua al caer.
Una pareja de águilas voló sobre la casa, emparejándose  durante la primavera. Tengo la esperanza de que hayan elegido su hogar en alguno de los árboles próximos a nuestra casa.
Cuando la noche empieza a asomarse, el búho se despereza, su sonido da comienzo y con el  las criaturas de la noche en su ciclo de vida. 
 Tenemos que agudizar nuestros sentidos y mimetizarnos con la naturaleza, solo así entraremos en contacto con el entorno que nos rodea.
 Al amanecer,  los trinos de los pájaros nos alegran el día.
 Pareja de tórtolas enamoradas.
 Sapos, benéficos en el huerto.
 El agua de las fuentes, relajante sonido.
 Las águilas, bellas y vulnerables a venenos y cables electrificados.
El atardecer... inicio de sonidos y vida.
 No es habitual ver un búho durante el día, su actividad comienza al anochecer.

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