Transcurre el verano, y con él las lánguidas tardes. Se alargan las siestas en la hamaca, a la sombra de los árboles...
Hasta aquí la parte romántica, luego tenemos que regar con intensidad. Este verano está siendo particularmente seco y caluroso para los que vivimos por estas latitudes, más habituados a las lluvias y el fresquito.
En estos días calurosos tendríamos que dedicar las largas tardes para apreciar cada instante, y dar valor a las pequeñas cosas que nos rodean.
Disfrutad las vacaciones los que las tengáis, y los que no, disfrutemos de los buenos momentos en la naturaleza.
Mi deseo al soplar, es que caiga algo de agua, para poder seguir disfrutando de nuestros maravillosos campos verdes.
En la foto de arriba el insecto colibrí, de la familia de las mariposas. Liba el néctar sin dejar de mover sus alas.
Las libélulas, preciosos insectos.
Las rosas y los geranios engalanan nuestros jardines.
Parece que será un buen año de castañas, a juzgar por las flores que lucen los castaños.
Las nubes parece que amenazan tormenta. Al final no llueve, lo que sería de agradecer, hace falta agua.
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